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Erase
una vez dos amigos altoaragoneses, uno de Belver y el otro de Gurrea.
Habitaban
junto a sus doncellas en la capital del Reino de Aragón, ZARAGOZA.
Uno en
el barrio del arrabal y el otro en al barrio de la jota.
La
mañana del día 12 de octubre, cuando la ciudad despertaba, los dos amigos
ataviados con sus ropas de faena, cruzaban el rió Ebro a través del Puente de Piedra,
para presentarse frente a la Virgen del Pilar y ofrecer así su “ramico” de
flores en agradecimiento al buen año deportivo que ambos habían disfrutado.
Poco
antes de todo esto, montados en sus respectivos kayaks (hasta entonces bien
custodiados por Quilez), se dirigieron junto a Celorrio, Larroy y Jacobo hasta
el puerto de Vadorrey, desde donde zarpaban las falúas que transportarían a la
comitiva de autoridades, rondalla, catadores y
demás devotos de la Pilarica.
Trás
recorrer buena parte del río a su paso por la ciudad, llegaron para desembarcar
al puerto del Club Naútico, para desde allí presentarse ante la imagen de la
Virgen del Pilar.
Una vez
realizada la ofrenda fue cuando almorzaron con su buen plato de migas,regadas por
sabrosos vinos de la tierra,para así terminar tan emotivo acontecimiento.
Y
colorín colorado este cuento NO se ha acabado, porque después de todo esto
fueron a vestirse con sus ropas de fiesta para así ,con sus respectivas
mañicas, seguir celebrando tan importante fecha.
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VIDEO DE LA OFRENDA FLUVIAL.
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He aquí
el de Gurrea con su traje regional de colores laurentinos junto a su mañica.
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3 comentarios:
Jodo Ricardo, me has emocionado con el texto y me ha gustado mucho, también la foto con Ana, impresionantes los dos, un saludo, amigo!
Como decía, me has emocionado e impresionado, un saludo a los dos!
Luis
jodo maño, haber cuando nos enseñais a bailar la jota aragonesa
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